Cuentos, Mitos y Leyendas







CUENTOS MITOS Y LEYENDAS DE SAN RAFAEL DE ONOTO

    La historia acumulada en el pueblo, ha dado lugar a un extenso folklore, y a un desarrollo literario importante, ya que la tradición nos presenta tal y como somos, por ello encierra una gran valoración presente en Relatos, Cuentos, Mitos, Leyendas, Locainas, Chistes, Refranes y otros, por tanto de todo lo escrito, la Iglesia, Pueblo y Alcaldía deben unificar criterios y esfuerzos para continuar con las tradiciones, marchar juntos e informar con anterioridad y objetividad a la población de las decisiones y cambios a tomar, preservando el derecho Constitucional de la participación activa y protagónica de los ciudadanos en la nueva Venezuela, sin olvidar que la  historia y costumbres la hacen los pueblos.

  Una leyenda folklórica es definida por Domínguez Luis en su Libro “Encuentro con el Folklore de Venezuela” como “la narración de un hecho que si bien ha  acontecido  realmente,  ha  quedado  desvirtuado  por el pasar del tiempo al correr de boca en boca (Pág. 156). Los mitos a diferencia de las leyendas son referidas a seres sobrenaturales sin fundamentación religiosa. San Rafael de Onoto, se caracteriza o reconoce por tener en su territorio el Parque Recreacional y Turístico “Leonardo Hernández” de éste provienen la mayoría de: Cuentos, Mitos, leyendas e invenciones que identifican rápidamente al Sanrafaeleño.

    


 JUAN DEL MORRO:  

           Personaje del folklore Sanrafaeleño, nacido quien sabe cuando en las tierras del Morro, donde es hoy el embalse “Las Majaguas”. Aquellos que “lo han visto” lo detallan de la siguiente manera: mediana estatura, barba semi poblada, sombrero de cogollo, pantalón beige a media pierna, franela blanca de liencillo impregnada de chimó en el cuello o pechera y alpargatas rayadas.   Ahora bien, en el fondo de la represa, quedaron  lugares ocupados por caseríos entre ellos; El Limón, El Fraile, Majaguas, el Hato y la Yaguara, además de otras posesiones particulares, entre las que se encuentran las de Juan del Morro. Una vez, casi concluido el embalse, en 1963, estas tierras van quedando bajo las aguas sirviendo, de este modo, a productores y ganaderos de la zona, para esa fecha Juan del Morro había muerto, cuenta la leyenda que su espíritu recorre permanentemente los terrenos que fueron de su propiedad. 

         Del referido personaje, se dice que anda por siempre en los alrededores del lugar, llevándose a quienes se aficionan por la pesca o no le ofrecen parte de lo conseguido, muchas de las personas que van a pescar y no tienen suerte, dan una “pella” de chimó como “pago adelantado” para que “Juan del Morro” les “ayude” ese día.  Es tanta la popularidad del espíritu en los pobladores, que cuando alguien se ahoga en la represa se dice “ se lo llevó Juan del Morro”.

            Otra historia, cuenta que una señora de nombre Jovita Rodríguez habitante del cerro “El Morro”, se le apareció  un señor con las mismas características a las de “Juan del Morro”, en un Pozo donde aledaños buscaban agua para beber y preparar comida,  éste dijo a ella que agarrara agua suficiente y  llevara a la casa, y dijera a los demás la noticia, que hoy a las tres de la tarde “se va a quemar el Pozo”, la gente la creyó loca por la información, pero ésta hizo caso a la advertencia del aparecido y agarró agua suficiente para ella. A la hora anunciada, se quemó el pozo. Las personas se desesperaron al ver la profecía hecha realidad y buscaron a doña Jovita para que les diera agua aunque sea para beber, lo cual ella gentilmente les dio. Luego entre todos limpiaron el pozo convirtiéndolo en sitio sagrado, a su vez construyeron uno nuevo que sirvió de afluente a los pobladores.



  
 
 LA GRAN SERPIENTE DEL EMBALSE “LAS MAJAGUAS”

            Muchos pescadores que la han visto, dicen que es una Anaconda de aproximadamente nueve (09)  metros de largo, la cual se  alimenta  de  peces  grandes, animales  de  caza, ovejas  y  ganado. Según  el Sr.- Leonardo Hernández, un Domingo de Julio de 1979, como a las 07:00 PM aproximadamente, cerca de la llamada rampa del parque, el venía a pie en su acostumbrado recorrido diario, a cien metros de la Y, observa el ocaso, allí se da cuenta que en el agua hay un becerro atollado tratando de salir, al acercarse se asombra al ver una culebra inmensa intentando ahogar al infeliz animal, Hernández y otras personas que pasaban en ese momento, buscan piedras y las lanzan contra el culebrón, logrando que este soltara el becerro y se perdiera entre las aguas de la represa.

Foto y Fuente: Cronista Amable Oropeza (+)



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